por Dr. Jaime R. Torres
Recientemente el Instituto Nacional de Salud Mental indicó que hay alrededor de 15 millones de personas en los EE.UU que sufren de depresión, y que un 25% de la populación sufrirá de esta condición en algún momento en sus vidas. Las preguntas que este informe no contesta son ¿Por qué esto ocurre y cómo puede evitarse? La causa de la depresión ha sido entendida por el Realismo Estético, la educación fundada en Nueva York por el gran filósofo y educador Eli Siegel. Los periodos de depresión que sufría terminaron para siempre gracias a lo que aprendí de esta educación.
El Realismo Estético enseña algo nuevo en el entendimiento humano: en cada momento de nuestras vidas estamos tomando una decisión entre lo que aprendí es nuestro deseo más profundo, "el que nos guste el mundo honestamente", y el deseo de tenerle desprecio, descrito por Siegel como "la importancia falsa que se siente al restarle valor a lo que no es uno". Cada vez que nos sentimos vacíos, aburridos, deprimidos, hay una causa muy clara: hemos escogido—consciente o inconscientemente—tener desprecio por el mundo.
En la publicación internacional The Right of Aesthetic Realism to Be Known #881, Ellen Reiss, la Directora de clases del Realismo Estético, describe lo que Eli Siegel fue el primero en entender: "La depresión es un triunfo para el ego, porque a pesar de todo su dolor una persona deprimida siente que no tiene que ser justa a nada: El mundo es un sitio plano y sólo él tiene dimensión. El mundo es cruel y sólo él es sensitivo. Puede que se odie a sí mismo, pero es en él en quien se concentra; él es el centro sufrido del mundo y para el ego vale la pena sufrir siempre y cuando uno sea el centro".
En consultas del Realismo Estético aprendí que algo en nosotros quiere sentirse deprimido, y oí una pregunta que ninguno de los psicólogos que visité supo hacerla: "¿Cuándo se siente más especial: cuándo está deprimido o cuándo no lo está?" Esta pregunta me hizo ver que, con todo mi dolor, me sentía más sensitivo e importante cuando estaba deprimido. Esos eran los períodos donde pensaba que otras personas no me apreciaban, donde creía que nada era tan excitante como mi drama interior; donde el mundo estaba en mi contra y por lo tanto tenía el derecho a tratarlo como quisiera. El desprecio que sentía por lo que me rodeaba resultó en mi depresión.
La explicación exacta y bondadosa que escuché cambió mi vida, y me enseñó cómo ver al mundo con verdadero respeto e interés. El entendimiento de la mente humana, del mundo y la ética que el Realismo Estético enseña es nuevo, verdadero y puede acabar el dolor de la gente en todo el mundo.
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El Dr. Torres es miembro de la Directiva de la Asociación Nacional
Hispana de Medicina, y es un Asociado en la Fundación Realismo Estético,
141 Greene St. New York, NY 10012 (212) 777-4490. www.RealismoEstetico.org
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