Un revolucionario del baloncesto nacional
Por Raúl Álzaga Sánchez-Bretón
Cuando se habla de las mejores glorias
que ha dado Puerto Rico en cualquier deporte, el nombre de Juan 'Pachin'
Vicens es de los más rápidos
en relucir.
El otrora armador de los Leones de
Ponce durante las décadas de los 50 y 60, y estelar jugador del
Equipo Nacional,
fue una de la figuras que mayor
reconocimiento internacional trajo a su patria. Le apodaban el “Jeep”,
por su gran tenacidad y empuje.
Entre sus principales hazañas
estuvo el haber sido reconocido como el “Mejor Jugador del Mundo”, tras
liderar a
Puerto Rico en anotaciones (22 puntos
por juego), durante el Mundobásket de 1959 en Chile, y llevar a
la Isla a un
honroso quinto lugar en ese certamen
-a pesar de tener un equipo diezmado. Ese mismo año también
fue nombrado
al “Equipo Ideal' de los Juegos
Panamericanos junto con futuras leyendas de la NBA como Oscar Robertson
y Jerry West.
Vicens siempre indicó que
este honor era el que más valoraba.
Como jugador colegial, participó
con la Universidad de Kansas State bajo la tutela del dirigente Tex Winter,
quien a la
postre fuera el creador de la 'ofensiva
triangular' y nueve veces campeón de la NBA como asistente de Phil
Jackson
con los Bulls de Chicago (1991-93,
1996-98) y con los Lakers de Los Ángeles (2000-02). Con Winter,
Pachín llevó a
Kansas State al “Sweet Sixteen”
del Torneo NCAA en 1956, convirtiéndose en el primer boricua en
lograr tal gesta.
Con Winters también ganó
sus primeros dos de siete campeonatos en el Baloncesto Superior Nacional
con los Leones
de Ponce en 1952 y 1954, cuando
apenas tenía 18 y 20 años, respectivamente, tras iniciarse
en la liga a la edad de 16 en 1950.
Sus otros campeonatos fueron dos
en ristra en 1960 y 1961, y tres más de 1964 a 1966 bajo la dirección
de Red Holzman,
quien luego llevara a los Knicks
de Nueva York al campeonato de la NBA en 1970 y 1973.
Sus siete campeonatos del BSN sólo caen en segundo lugar detrás de José “Piculín” Ortiz, quien ostenta ocho.
Fue el Jugador Más Valioso
del BSN en 1958 y 1960. En el 1958 fue líder anotador del BSN con
18.7 puntos por juego.
También fue el primer jugador
en el BSN en alcanzar 5,000 puntos.
A finales de la década de
los 50 fue invitado a jugar en la NBA por los Knicks, pero rechazó
la oferta debido a su interés
de mantener su estatus como aficionado
para poder seguir jugando con los Leones y con el Equipo Nacional.
En 1966, Vicens se retiró
del baloncesto pese que estaba en el peak de su carrera y se dedicó
a trabajar como banquero.
Seis años más tarde,
nombran el auditorio de Ponce con su nombre, Juan “Pachín” Vicens,
el cual visitaba frecuentemente
para vitorear a sus Leones.
Siempre fue un ganador dentro y fuera
de la cancha. Para él la palabra 'rendirse' era inexistente en su
vocabulario,
como lo demuestra el que luchó
por vivir hasta el último día.
Cronología
7 de septiembre de 1934: Nace en Ciales, Puerto Rico.
1950: Debuta con los Leones de Ponce en el BSN a la edad de 16 años.
1952: A sus 18 años gana su primer campeonato con los Leones y su primer trofeo al Jugador Más Valioso.
1954: Gana su segundo título en Ponce, su segundo JMV y va a estudiar a Kansas State.
1958: Lidera el BSN en anotaciones (18.7) y gana su tercer JMV.
1959: Nombrado al Equipo Ideal de
los Juegos Panamericanos junto con figuras como Oscar Robertson y Jerry
West.
Luego es escogido como el 'Mejor
Jugador del Mundo' durante el Mundobásket en Chile, donde fue líder
anotador
con 22 puntos por juego y Puerto
Rico arribó en la quinta posición.
1960-61: Gana dos títulos consecutivos con los Leones en el BSN. Fue JMV por cuarta ocasión en el 1960.
1963: Lidera a Puerto Rico a un sexto lugar en el Mundobásket en Brasil.
1964: Lleva a Puerto Rico al cuarto lugar en las Olimpiadas de Tokio. Además, gana otro título con los Leones.
1965: Gana su sexto título del BSN.
1966: Gana su séptimo campeonato
y el tercero en línea bajo la dirección de Red Holzman. Se
retira para laborar
como banquero a pesar estar en el
peak de su carrera.
1972: A pesar de sólo contar
con 36 años de edad, se nombra el auditorio de Ponce con el nombre
“Juan 'Pachín' Vicens”
en su honor.
Septiembre 2006: Una infección amenaza su vida y le amputan ambas piernas.
18 de Febrero de 2007: Tras varias
recaídas, fallece en su hogar en Ponce por diversas complicaciones
de salud.
Fotos cortesía del periódico Primera Hora |
© Primera Hora, Domingo, 18 de Febrero de 2007.
Juan "Pachín" Vicéns: el legado de un pequeño gigante
Por Lester Jiménez
Tranquilo, de hablar pausado, pero
con un tono de seguridad y firmeza. Una mente que le juega sus bromas
a la hora de recordar momentos de
actualidad, más luce impecable cuando de evocar el pasado se trata,
siempre
acompañado de una de tantas
anécdotas que guarda en su archivo mayor, el corazón.
Los más jóvenes asocian
su nombre al de un auditorio en honor a "alguien" que hizo "algo" hace
tiempo. Para muchos,
es sinónimo del más
grande atleta que ha dado el baloncesto en esta tierra, a pesar de que
su estatura no pasó de 5'9''.
Para los documentos oficiales, Juan Vicéns Sastre; para Puerto Rico y la gente que lo quiere, simplemente "Pachín".
Acurrucado por las tranquilas montañas
de Ciales, le dijo sí a la vida el 7 de septiembre de 1934. El sexto
de los
ocho hijos de don José Vicéns
Batalla y doña Antonia Sastre de Vicéns.
Se considera hombre de familia, cristiano,
trabajador incansable y convencido de que en la formación académica
e
stá el éxito del ser
humano.
Sí, Juan "Pachín" Vicéns,
el otrora armador de los Leones de Ponce y del Equipo Nacional de Baloncesto,
aquel que
Chile aclamó como "El Mejor
Jugador del Mundo" en el Torneo Mundial de 1959, no deja de trabajar a
pesar de sus 71 años.
Agarramos a Vicéns a punto
de comenzar una rutina de ejercicios y lo 'raptamos' al Auditorio que hoy
lleva el nombre
de este virtuoso del baloncesto,
que a pesar de sus 5'9'' de estatura, fue enorme en un mundo de gigantes.
-¿Cómo una persona con 5'9'' pudo llegar a tener tanto éxito en el baloncesto?
-Yo decía que el trabajo que
pasaba yo para llegar arriba a la bola, lo pasaban los de arriba para buscar
la bola abajo.
Era bien rápido.
-¿Y por qué el baloncesto?
-Yo vengo de Ciales y en mi pueblo
siempre se jugó buen baloncesto. Yo era de los que me pasaba en
la cancha al lado
de casa con una bola. Practicaba
hasta debajo de los aguaceros.
-¿Ese fue siempre su deporte favorito?
-No. A mí me gustaba el béisbol.
Todavía me fascina. Era fanático de Ponce y mis amigos y
yo hablábamos de los
jugadores de Ponce como si fuéramos
íntimos. Para nosotros, Juan Guilbe era "Juan" y "Pancho" Coímbre
era "Pancho".
Los más amigos, aunque yo
no conocía a ninguno. Pero me gustaba el baloncesto también.
-¿Cómo llega entonces a Ponce?
-Mi hermano (Enrique Alberto) "Coco"
Vicéns jugaba baloncesto con el equipo de Ponce. Él pensó
que si me venía a
estudiar a Ponce podía progresar
más y en el 1949, estando en noveno grado, me consiguieron una beca
para el Colegio
Ponceño de varones y así
llegué a Ponce.
-¿Y cómo llegó al equipo de baloncesto?
-Iba a las prácticas a rellenar.
Cuando hacía falta uno para completar los 10 jugadores, yo entraba
y en 1950 jugué por
primera vez con el equipo. Tenía
14 años.
-¿Con 14 años ya podía jugar Baloncesto Superior?
-Yo jugaba por usar la camiseta.
Por que me dejaran correr por ahí. Y en 16 años de carrera,
jamás cobré un centavo
por jugar baloncesto.
-¿Que nunca cobró?
-Jamás. Y no me arrepiento de ello. Yo soy lo que soy y estoy donde estoy por el baloncesto.
-¿Por qué no cobró?
-Nunca pensaba que el deporte era
para ganar dinero. Para mí, y para muchos de esa época, era
un vehículo para lograr
una educación. La mentalidad
de nosotros era la de lograr estudios para poder tener un trabajo y los
equipos te ayudaban
a conseguir becas y te recomendaban
a universidades.
-¿Qué piensa de los sueldos de ahora y de los deportistas que viven del deporte?
-Yo creo que la evolución
del deporte tenía que llegar. Pero lo veo como que se ha brincado
de lo ridículo a lo sublime.
Ahora estamos en el otro extremo.
-¿Lo ve como algo saludable para el deporte?
-Creo que compensar a los jugadores
por el esfuerzo está en orden, pero a veces me pregunto por qué
hay tantos jugadores
que a pesar de estar recibiendo
una buena compensación, no tienen la entrega ni la dedicación
que teníamos los que jugábamos
por amor al arte.
-O sea, que hay profesionales por el sueldo, pero no por el trabajo que hacen.
-Exacto. De hecho, yo fui apoderado
de Ponce un año, a principios del 70 y fue la experiencia más
triste que yo tuve.
Para empezar, yo no entendía
bien lo de pagar. Y a mí me chocaba que muchos jugadores pensaban
que me estaban
haciendo una favor a mí o
al pueblo de Ponce por jugar. Y por eso duré un año.
-¿Deberían los atletas pensar en una carrera y no depender sólo del deporte?
-Siempre creo que la educación
es primordial en la vida.
La época en que "Pachín"
Vicéns jugó, coincidió con momentos muy importantes
en la historia política y social de
Puerto Rico. La década del
50 y el 60, años de cambios drásticos en la vida del puertorriqueño.
-¿Qué papel jugó el deporte en aquellos tiempos?
-El deporte era una parte intrínseca
de la vida del pueblo. Yo creo que todavía lo es. En aquel entonces,
servía para
quitar presiones a la sociedad.
-¿Y los políticos, influenciaban en el deporte?
-No influenciaban, pero me sorprendió
que sí conocían de deportes. Yo pensaba que no tenían
tiempo. Una vez conocí
a Luis Muñoz Marín
y cuando me lo presentaron, me sorprendió que él me conocía.
Luego, después de retirado, le dije
en broma que si él regresaba
a la política, yo regresaba al baloncesto y me dijo, 'Pues te quedarás
sin jugar'.
"El mejor jugador del mundo"
Fue el año 1959 que llegó
el momento más grandioso en la carrera de "Pachín". La selección
de baloncesto de Puerto Rico
participaba de los Juegos Centroamericanos
en Caracas, pero a la vez, había una invitación a participar
en el Mundial
de Baloncesto en Chile. Los altos
directivos del baloncesto, encabezados por Rodrigo Otero Suro, deciden
dividir la
selección boricua y envían
a la mitad de los jugadores a Chile, junto con otro grupo de jugadores
que convocaron de la
Isla. Entre ellos, estaba Pachín
Vicéns, sin saber que cuando acabara la competencia, sería
nombrado el mejor jugador
del torneo.
-¿Qué recuerda de ese Mundial?
-Lo primero que te voy a decir es que cuando dijeron que nos íbamos a Caracas, yo fui uno e los que le boté en contra.
-¿En serio?
-En serio.
-Pero, ¿por qué?
-Porque yo pensaba que Puerto Rico
no tenía la calidad para competir en ese torneo y para mí,
perder era lo peor.
Yo decía, si tenemos la medalla
de oro segura aquí en Caracas, ¿para qué nos vamos
a ir a coger pelas a Chile?
Pero me convencieron.
-Irónicamente, en ese torneo al que por poco no va lo nombran el mejor jugador del mundo.
-Pues, a nosotros nos gusta lo grande.
Fui el jugador más destacado del torneo, pero eso parece que no
era suficiente
y allí hicieron un artículo
en un periódico de Chile que decía que era el mejor jugador
del mundo (risas).
-Y entonces, ¿ahí es que se da el famoso momento en que lo hicieron dar la vuelta olímpica?
-Yo no sabía lo que era eso.
Cuando acabó el juego que nos dio el pase a la ronda de ganadores,
la gente comenzó a
corear mi nombre. Me vienen a decir
que tenía que salir a dar una vuelta por la cancha y yo le dije,
¡qué voy yo a dar
una vuelta como si fuera un 4 de
julio! Y me dijeron, 'mira, que eso es una tradición aquí
y como yo no quería ir, los
jugadores me cargaron entre todos
y me dieron la vuelta por la cancha. Fue una cosa bien impresionante. Después
fue que yo entendí lo que
era la vuelta olímpica y el honor que representaba.
-¿Ese es el momento que más atesora de su carrera?
-Bueno, es uno de ellos. Después
de ahí, fuimos a jugar los Juegos Panamericanos en Chicago en ese
mismo año.
Ahí fue uno de los honores
más grandes que tuve en mi carrera. Cuando nombran a los mejores
cinco jugadores
del torneo, estaban Johnny Baéz,
de Puerto Rico, Jerry West y Oscar Robertson de Estados Unidos, Amaury
Dos Pasos, de Brasil y 'Pachín'
Vicéns.
Estar mencionado en la misma lista
con Jerry West y Oscar Robertson era lo más grande.
Jugó 16 temporadas en el
Baloncesto Superior. Le dio siete campeonatos a los Leones, fue el primer
boricua en llegar
a los 5,000 puntos y además
cargó con un título de Jugador Más Valioso, entre
muchos otros logros tanto en la liga
local como en la Selección
Nacional.
Su retiro llegó en 1966, todavía en excelente condición física.
"Me retiré porque había
comenzado a trabajar. Me había casado, tenía una hija y pensé
que era el momento.
A veces pensé en arrepentirme
y volver, pero tenía obligaciones hogareñas", indica.
Incluso, luego de retirado, se mantuvo
practicando con el equipo de Ponce todos los días, sólo por
mantener su condición.
Fue apoderado de los Leones y dirigente
del Equipo Nacional. En fin, toda una vida dedicada al baloncesto. Y por
si no
lo había leído bien.
Jamás cobró un centavo.
El mayor beneficio que extrajo del
deporte fue su educación. Estudió en la Universidad de Marquette,
en Milwaukee
y luego pasó a Kansas State
para completar estudios en Administración Comercial con concentración
en Gerencia,
campo en el que aún trabaja
de consultor en una sucursal de un banco en Ponce.
En la cancha de la vida
De las veloces manos y piernas que
tantos vítores levantó, hoy quedan recuerdos. Ahora su andar
es lento, como si le
pidiera permiso al viento para desplazarse,
pero, como el resumen de su vida, no da un paso en falso.
Hoy día, Juan "Pachín"
Vicéns goza de los frutos que cosechó durante su carrera.
Su hija, Yolanda, y sus tres nietos,
son la luz de sus ojos.
Trabaja a tiempo parcial en el banco
al tiempo que preside la Asociación Cardiovascular del Sur. Es paciente
de diálisis,
la cual toma tres veces en semana,
pero nada lo detiene de seguir trabajando y sonriéndole a la vida.
-¿Qué le apasiona a "Pachín"?
-Me apasiona la tranquilidad y la participación ciudadana. Disfruto de poder ayudar.
-¿Qué hace en su tiempo libre?
-Hago ejercicios. No mucho, porque
yo digo que ya yo corrí suficiente, pero siempre hago algo. Me gusta
jugar dominó
con algunos de mis amigos y escucho
mucho la radio.
-¿La radio? ¿Qué escucha?
-Las noticias. Me gusta escuchar a la gente que llama. A veces me río de los disparates que dicen, pero ese es su desahogo.
-Y el baloncesto, por supuesto.
-El baloncesto, claro. Me gusta también el voleibol femenino.
No se trata del primer puertorriqueño
que es honrado en vida con el bautismo de su nombre a una instalación
deportiva,
pero sí uno de los más
jóvenes en recibir ese galardón. Cuando al recinto del baloncesto
ponceño decidieron ponerle el
nombre de Juan "Pachín" Vicéns,
él apenas tenía 36 años.
"Dios me dio la oportunidad de disfrutarme este honor por tanto tiempo", señala.
-Hay anécdotas de personas que piensan que usted ya está muerto, ¿cierto?
-Si, como no. Una vez, vine a un
juego de baloncesto y cuando fui a entrar, un hombre que estaba en la puerta
me paró
y me dijo, '¿para dónde
usted va?'. Y uno que estaba al lado le dijo, 'muchacho, ¿tú
no sabes quién es ese? Ese es
"Pachín Vicéns'.Y
entonces me pidió disculpas y me dejó pasar.
-Pensaba que era imposible, usted, allí.
-Sí. Otro día, llaman
a mi casa y preguntan por un familiar de 'Pachín' Vicéns
para conocer mi historia y hacer una
asignación de la escuela.
Yo le dije, habla 'Pachín' Vicéns y escucho cuando le dice
a alguien al lado, 'Mira, él está aquí,
no se ha muerto na'(ríe).
-¿Le molestaba que no lo reconocieran?
-No. Yo lo tomo a chiste. Lo que
me daba era vergüenza pensar que podía entrar a la cancha pensando
que todos me
iban a reconocer.
-Hablemos de política...
-Yo creo que a Puerto Rico le va
a llegar el momento en que se va a tener que definir. El Estado Libre y
Asociado
le ha servido bien a nuestra patria,
pero me parece que tarde o temprano hay que definirse.
-¿Favorece alguna ideología?
-Yo creo que a Puerto Rico le conviene tratar de desarrollarse en algún tipo de movimiento junto con Estados Unidos.
-¿La anexión? ¿La estadidad?
-Bajo ciertas condiciones. Un proceso de desarrollo que tome varios años.
-Pero, ¿usted admiraba a don Luis Muñoz Marín?
-¡Oh, sí! Yo admiro
a todos los políticos. No importa de qué partido porque creo
que todos ellos tienen la buena
fe de servirle al pueblo y aquel
que le sirve al pueblo, tiene mis respetos.
-¿Le gustaría correr para un puesto político?
-A mí no me gusta la controversia.
Yo tengo amigos en todos los partidos y no me gusta estar en esos líos.
Me apenan
los dimes y diretes que hay en la
política que no llevan a nada, pero sí me gustaría
colaborar por la calidad de vida del
puertorriqueño. Si algún
día el gobierno central entienda que yo puedo servirle en algo al
pueblo, yo estoy disponible,
sin importar qué partido
es el que está en el poder.
-¿Colaborar en qué sentido?
-En lo que entiendan que puedo servir.
Hay veces que el mensaje que quieren llevar no llega al pueblo y quizás
uno,
de manera objetiva, llevar el mensaje.
Ser un facilitador.
-O sea, que le llama la atención la vida política.
-Me llama la atención la vida
del pueblo.